Mercy Pincay (María España Pincay Suárez)

Una científica comunitaria local

En la década de los 80s, Presley Norton (+) crea el Programa de Antropología para el Ecuador y la exhibición arqueológica permanente denominada “Los Balseros del Mar del Sur,” en la provincia de Manabí. En los noventa, con apoyo de Jonathan Kent (Metropolitan State College en Denver, Colorado) y el financiamiento de la comisión Fullbright se conforma la colección osteológica comparativa de fauna.  Hoy en día, este complejo que incorpora dos museos, un laboratorio de análisis de materiales culturales, una muestra comparativa, y la bodega de materiales arqueológicos es conocido como el Centro de Investigaciones y Museo Salango (CIMS).

Fotografía: Amy Milson Klemmer

El espacio original -por cerca de 10 años- se dedicó a la excavación del sitio epónimo de Salango, al análisis del material cultural asociado al sitio y a la difusión de la información generada en las investigaciones. El centro contaba con la participación de profesionales y estudiantes de arqueología y otras ciencias afines, en su gran mayoría extranjeros. El modelo de investigación se fundamentó en el trabajo de campo y laboratorio arqueológico, con Presley a la cabeza. Por el otro lado, la mano de obra fue de origen local; hombres y mujeres del área eran contratados para ejecutar labores a nivel de hospedaje, cuidado y logística, además de la asistencia de investigación. Entre estas últimas se incluían excavación y clasificación del material arqueológico bajo la supervisión de los expertos.

En las últimas décadas, desde la propuesta de arqueologías pluralistas, multivocales, colaborativas y de base comunitaria (Atalay 2007, Colwell-Chanthaphonh y Fergurson 2008, Silliman 2008) se ha cuestionado las relaciones de poder, desiguales y jerarquizadas, entre investigadores y colaboradores locales. Usualmente, dichos colaboradores son nombrados como asistentes de investigación en los agradecimientos de las publicaciones científicas. Sin embargo, Arquetipa reconoce que estos hombres y mujeres, con ocupaciones transitorias y salarios básicos, son agentes legítimos en la producción del conocimiento científico, y planteamos que sus contribuciones deberían de ser visibilizadas.

Este es el caso de María España Pincay Suárez, más conocida como Mercy Pincay, quien a través de los años se dedicó a aprender sobre los restos fáunicos encontrados en las excavaciones y los procesos asociados de clasificación, comparación, e identificación de dicha evidencia arqueológica. La narración de Mercy refleja la percepción de una mujer local quien considera que actores externos le han brindado aprendizaje y oportunidades. Sin embargo, su historia habla de la posibilidad humana, de una mujer que logró reconocer su potencial y desarrollar destrezas en la investigación. Mercy es poseedora de una capacidad excepcional, un talento original que la convierte en una experta, una observadora de la naturaleza, una clasificadora y reconocedora de fauna local. El relato a continuación es de Mercy, al cual hemos añadido algunas reflexiones pertinentes.

Fotografía: Amy Milson Klemmer

“Me llamo María España Pincay Suárez, nací en la parroquia de Salango, cantón Puerto López, Provincia de Manabí, Ecuador, el 12 de noviembre de 1974. Soy hija de Mario Pincay Marcillo y Laura Suárez Álvarez, y soy la segunda de seis hermanos.”

En 1988, cuando Mercy era una estudiante de secundaria, asistía por las tardes a unas clases de inglés impartidas por Patricia Allan [arqueóloga irlandesa], en el CIMS. Comenta que inmediatamente se sintió cautivada por los objetos arqueológicos y por las actividades que se efectuaban en el laboratorio. Empezó atendiendo al público que visitaba el museo y reemplaza durante las horas de almuerzo a la asistente principal.Mercy trabajó como voluntaria sin remuneración durante dos horas diarias durante dos años.

“La asistente principal me guiaba y compartía conocimientos para que tenga un buen desempeño. Gracias a estos conocimientos y experiencia adquiridos durante ese tiempo, en el año 1990 entre a trabajar por medio tiempo como secretaria.”

En 1992, Mercy se gradúa de la secundaria y es contratada como personal del CIMS,

“…finalmente fui contratada a tiempo completo ascendida a recepcionista del museo, pero principalmente estaba encargada de un zoológico que existía en ese tiempo”

Mercy ayudaba a alimentar, cuidar, y limpiar las jaulas de los animales. No obstante, a raíz de la muerte de Presley y por falta de recursos, el zoológico cerró a mediados de los noventa, y los animales fueron trasladados a otras instituciones,

“…por este motivo fui reintegrada nuevamente al museo como secretaria de la administración. Dentro del museo, las personas me motivaban y animaban a seguir con mis estudios superiores, por lo cual me brindaron la opción de trabajar solo fines de semana.”

En 1995, Mercy ingresa a la carrera de Psicología en la Universidad Técnica de Manabí, Portoviejo. Sin embargo, la situación económica en Salango se deterioraba lo que obligó a Mercy a suspender sus estudios:

“…por motivos de vedas, se me dificultó conseguir los recursos económicos, por lo que me vi obligada a abandonar los estudios universitarios, regresando así a retomar mi trabajo a tiempo completo en el museo para el año de 1996.”

A partir de ese año, Mercy empieza a trabajar en el laboratorio arqueológico con Patrick Gay [zoo-arqueólogo norteamericano] quien le provee un espacio de aprendizaje sobre análisis del material óseo fáunico,

“…en ese año de veda en 1996, se vieron afectados los ingresos del museo; por lo cual no había mucho que hacer en mi cargo, dejándome tiempo libre que aprovechaba para ver las cosas que estaban en el museo. Esto me generaba mucha curiosidad, entonces le pedí a Patrick Gay que me enseñara a macerar. Petición que no me fue negada y él me enseñó todo sobre el pescado. También completé mis conocimientos con Phillipe Béarez [zoo-arqueólogo francés] que era un experto en el tema.”

Mercy colaboró, durante 10 años, en la preparación, categorización y conservación de la muestra comparativa, y en el análisis de materiales fáunicos que sirvieron de base para la elaboración de varias tesis, disertaciones, informes de investigación, y artículos en publicaciones científicas. Su labor disciplinada, constante y precisa fue fundamental para que otras personas sistematicen la información y produzcan las primeras interpretaciones sobre la explotación de recursos marinos en la región.

 

Alrededor del 2006, la vida de Mercy tomó un rumbo diferente,

“…en lo personal me casé, formando mi propia familia, la cual está conformada por mi esposo y 3 hijos. A pesar de estar casada, seguí trabajando hasta el año 2006. Me retiré porque estaba pasando un embarazo riesgoso con mi último hijo por lo que estaba impedida en realizar esfuerzos físicos.”

Mercy se retira de sus labores en el CIMS por un largo tiempo, pero regresa después de casi 8 años,

“…en el año 2014, gracias a la Sra. Amelia Sánchez, quien recordaba haberme visto en años anteriores trabajando en el museo, me buscó para que la ayude en un proyecto de recuperación de la muestra comparativa. Se necesitaba de alguien con conocimientos, entonces empecé a trabajar nuevamente en el museo. En el transcurso aprendí sobre aves y mamíferos con la Sra. Amelia, quien me compartió sus conocimientos.”

A partir de esa fecha, Mercy ha venido colaborando en otros propósitos:

“He seguido trabajando en varios proyectos de la Sra. Valentina Martínez hasta la actualidad, quien me compartió conocimientos sobre inventario y conservación de los objetos arqueológicos. Yo ahora dirijo a otras chicas en la organización y mantenimiento de la bodega de materiales arqueológicos. En el año 2015 llega también una estudiante doctorante Amy Milson Klemmer (estudiante doctoral Universidad de Wisconsin), quien estaba realizando su tesis, entonces trabajé como su ayudante.”

La vida de Mercy ha estado caracterizada por su constante deseo de aprender todo sobre el pasado de su comunidad y de los materiales culturales asociados a esta. Una representante de una comunidad local que se ha convertido en el repositorio de información acumulada por dos décadas. Mercy Pincay custodia y mantiene viva la memoria colectiva de su pueblo. Su incansable trabajo ha proporcionado la base de interpretación del pasado prehispánico y que no se limita a la historia local, sino a su incidencia en la arqueología ecuatoriana.

Bibliografía

Atalay, Sonya. 2007. “Global Application of Indigenous Archaeology: Community based

Participatory Research in Turkey.” Archaeologies 3 (3): 249–270.

 

Colwell-Chanthaphonh, Chip, and T. J. Ferguson. 2008. “Introduction: The Collaborative

Continuum.” In Collaboration in Archaeological Practice: Engaging Descendant Communities, edited by Chip Colwell-Chanthaphonh and T. J. Ferguson, 1–34. Lanham, MD: AltaMira.

 

Silliman, Stephen W. 2008. “Collaborative Indigenous Archaeology: Troweling at the Edges, Eyeing the Center.” In Collaborating at the Trowel’s Edge: Teaching and Learning in Indigenous Archaeology, edited by Stephen W. Silliman, 1–21. Amerind Studies in Archaeology 2. Tucson: University of Arizona Press.

Elaborado por: Valentina Martínez y Mercy Pincay